A veces,
entre soledades diurnas o nocturnas,
trato de encontrarme.
Esa tarde lo buscaba a él y no llegaba.
A veces,
entre libros nuevos o apolillados,
intento leerme.
Allí me quedé sentada y no llegó.
Aveces
me pregunto sí hay quien viva plenamente
(como si vivir plenamente fuera un verbo
compuesto, definible y posible)
A veces
no sólo envidio las sonrisas,
también las lágrimas.
Esa tarde hubiese llorado, si hubiese podido.
A veces,
cuando no esperas es cuando pasan las cosas.
A veces
las letras no me piden permiso
sólo salen de mis labios.
“¿Estás bien?”
No contestó, siguió fumando.
A veces,
mientras me alejo,
quisiera haberme quedado.
Sehait
2 comentarios:
Hace ya algunas entradas te dije que era tu fan, y aunque no tengo por costumbre comentar, te sigo leyendo. De hecho entro bastante a menudo a ver si actualizas y la verdad es que me tienes algo preocupado con tu ausencia.
En fin, que espero que no te ocurra nada malo y actualices pronto.
PD: Por si te interesa tengo un fotolog, para que compruebes que no soy un loco o algo parecido. xD
http://www.fotolog.com/fatumseeker
Curioso las vueltas que da la vida. Metes una frase de un libro en google, buscando las palabras exactas que el autor pensó, y encuentras otra alma de este mundo que, sentada una tarde en su casa, quizá en un día de lluvia en que ésta golpeaba su cristal con goterones cuajados, sintió la misma necesidad que tú de plasmar ese pensamiento, esas palabras, como medio de expresión de algo que siente y no alcanza a transmitir.
Hoy me sucedió eso a mí. Buscaba esa maravillosa frase de Cortázar que dice :"y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro." Y había sólo 7 u 8 reflejos de esta maravillosa cita en toda la red.
"Demonios!", pensé, una de las frases más plásticas de la literatura universal, y casi nadie en este mundo atestado por seis mil millones de personas casi nadie se ha hecho eco de ella.
Así llegué acá, a este blog que tiene un cierto perfume a mausoléo, donde parecen que ya sólo vagan las sombras de lo que un día fue sentimiento, y rabia, y necesidad de compartir mundos. Es triste cuando un blog muere, cuando su luz se apaga, poco a poco, como una vela solitaria en un día de viento.
Por si decidieras rescatarlo algún día, aquí te dejo este comentario que, si no, espero esté a la altura como epitafio. Un beso desde el cono sur del mundo.
Publicar un comentario