A un hombre pájaro


Yo sé que a veces no traspaso las palabras,
que a veces digo por decir
porque no puedo decir  lo que se atora en mi garganta.

Yo sé que a veces mis abrazos se quedan del otro lado del tiempo
y tu cuentas de dos en dos las horas,           
apuras el paso,
acechas.

Yo sé que a veces quieres un beso que traspase el vidrio,
quieres que te toque con mi mano y no con mis dedos sombra.

Sé que quisieras que saltara,
que volara,
que cruzara el abismo,
que llegara a tu lado,
que habitara contigo entre las ramas.

Eres un ave y vuelas, hombre pájaro.

Me gusta mirarte trazar tus formas agua en el cielo.

Quisiera alcanzarte.

Quisiera atreverme a levantar las alas.

Yo sé que a veces me detengo a un milímetro de ti,
cuando casi grito que te amo,
casi me arrojo a tus brazos,
casi lloro,
casi te beso desesperadamente.

Más no me arrojo,
no lloro,
no me hinco
ni me aviento al barranco
ni levanto las alas.         
      
Yo sé que a veces estoy de éste lado y tú no comprendes,
hombre brillante, hombre luna, hombre cascada.

Quiero alumbrar contigo mi noche,
arrullarme con tu canto de búho.

Yo sé que a veces no traspaso mi cuerpo ni mi ropa,
no traspaso la poesía, la música,
no traspaso el pasado, el recuerdo.

Debo decirte que he estado con tantos hombres sombra,
hombres que han mancillado mis alas.

Dedo decirte que estoy rota,
que me duelen los huesos, los ojos, las ideas, las articulaciones,
que me duele el cuello, la cintura, el baile, el camino,
que me duelen las piernas,
y que a veces no me duelen porque no existen,
son polvo,
están resquebrajadas.

Hombre luna,
quiero dar el salto,
necesito dar el salto,
anhelo dar el salto…..
por favor, hombre luz, no me quemes.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Leí todos los poemas del blog. Gracias por el ensueño. Alguna vez mantuvimos correspondencia. Tenías razón. Me hubiera gustado leerte antes. Nos vemos.