Suficiente



Allá, arriba, es lejos,
subes las escaleras, doblas a la izquierda, es lejos,
más allá de las palabras es.

Te confieso que no lo amaba, nunca lo amé
 y ahora es cada día más lejos,
cada día más alto y no alcanzo.

Una tarde, entonces, dormí con él sobre el techo,
nada sino una manta y las estrellas,
y sus cabellos chinos,
y los lugares comunes cayéndonos por todos lados junto a las hojas de los árboles.
¡Qué bella lluvia! - dijo.
Y lo escuché.
Es verdad, lo juro, lo oí: nunca antes había escuchado a nadie.

Ahora quiero escucharte a tí.

Si te beso, desde luego, es a tí a quien beso,
tu no tienes la culpa de la lejanía.

Que sea cada vez más lejos es culpa del mundo,
o del tiempo,
o mía.

El mundo cada vez más blanco y simple,
el tiempo más denso y absurdo,
yo, cada día más ciega,
que es lo mismo que ver más, pero no sirve, no ayuda.

¿Y porqué habría de servir de algo buscar un medio para acortar distancias?
Despues de todo existen ya muchas murallas.

Yo he corrido demasiado y nunca llego,
estoy cansada.
No te enojes por favor si aquí te espero.

Me gustas y, para mí, eso se ha convertido en suficiente,
se ha convertido en más,
en bastante.

Y es que, si en verdad te lo confieso:
sí lo amaba, aún lo amo,
y eso no bastó, eso no basta.

No pienso ir más lejos ya, no te preocupes,
estoy aquí, contigo, y eso es todo,
conmigo quizás no ganes nada,
pero no pierdes.

1 comentario:

Liz Durand Goytia dijo...

Hermoso poema, Carla, me gusta mucho tu poesía.